Lo llevamos haciendo desde la primera vez que nos duchamos solos: mojar el cabello, aplicar champú, aclarar, acondicionador, aclarar. Parece fácil, pero cometemos un montón de errores —que no sabemos— y que pueden dañar tu cabello. Toma nota.

Apilar tu cabello en lo alto de la cabeza mientras lo enjabonas. Esto causa más enredos, más fricción y más daño. En su lugar, emulsiona el producto en tus manos antes de aplicarlo al cuero cabelludo. Trabaja el champú en tu pelo en un movimiento de zig-zag para eliminar la suciedad y el aceite y entonces enjabona hacia las puntas.

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Saltarte el acondicionador. No importa lo graso o fino que sea tu cabello. NO te saltes el acondicionador. El champú es un abrasivo en sí  mismo, mientras que el acondicionador se inventó para restaurar el cabello después de este paso. Si tienes mucha grasa, empieza a distribuirlo de medios a puntas.DSC_1297

Cepillar el cabello mojado. ¿Sabías que tu cabello puede estirarse un 50% más de su longitud habitual mientras está mojado? Esto significa que si lo desenredas en mojado lo estás exponiendo a la rotura. Si no tienes más remedio que peinarlo en mojado, utiliza un cepillo de púas anchas o un tangle teaser y empiza siempre por las puntas, trabajando el cabello hacia arriba.

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Utilizar agua muy caliente. Sabemos que no se debe utilizar el agua a mucha temperatura, pero ¿ por qué? Porque la cutícula tiende a levantarse. Y una cutícula así causa pérdida del color rápidamente y por supuesto más frizz. Aclarar con agua fría sella la cutícula y además aporta más brillo.

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No cepillar tu cabello antes de meterte en la ducha. Si lo haces mientras el cabello está seco se reduce la cantidad de enredos con los que tendrás que luchar en mojado, reduciendo así las roturas.

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